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No es personal, son negocios:

Introducción al paisaje delictivo



Aarón López C.

Los intratables vientos del balneario chalaco no sólo contienen sal marina, también reactivos de tiocianato de cobalto y disputas de por medio. El sentido del diálogo en este terreno comienza con una larga carrera y termina en monólogo, sólo se puede irrumpir en la escena si es que la coacción interna se agota o si hubo, otra vez, una fuga o un cuerpo reducido.

 


Desde el inicio de esta negociación podemos ver el acercamiento a la nobleza del oleo, la maleabilidad para ser tratado en diversas plataformas, es entonces que presenciamos la notoria representación de darle brillo al territorio seco, tanto que

Es así, que estas confabulaciones nos retiran a buscar nuevas representaciones desde lo marginal para pulsar en la herida ajena, a recorrer territorios fértiles de poder y a mostrar la debilidad del cuerpo en resistencia. López nos aclara que negociar no es un acto gratuito, y que sucumbir en el anonimato tiene un método de identificación por el descaro de un sistema criminal, que exterioriza lo frío y calculador, sin interpretar la conciencia misma de la oxitocina por trofeos invisibles. Queda claro que habitar estos paisajes es tener la ‘última palabra’.

 

 

Fabiola Gonzáles
Directora de Sótano 1

 

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